Tener la oportunidad de visitar La Habana es una experiencia invaluable para el espíritu aventurero de todo viajero. Se trata de una expedición a través del tiempo, como si alrededor de la vieja ciudad se detuviese el paso de los años. Conserva la esencia de cada era de esplendor y multiculturalidad que ha vivido en su acervo; así, mantiene el espíritu jovial y el jolgorio que adosaron a esta cultura cubana los esclavos traídos de Guinea en las tempranas incursiones conquistadoras, tanto como la majestuosidad de la era dorada de comienzos del siglo XX, cuando la vida nocturna despuntaba de la mano de la inversión norteamericana y el crimen organizado.
La Habana recibe turistas de diversas categorías: a través de los años ha experimentado en el turismo deportivo, médico, gastronómico, religioso, ambientalista ecológico y en otras modalidades generales, por lo que sus recursos para ofrecer al público en general son abundantes.
La Habana tiene un centro histórico que fue declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1982, al igual que su sistema de fortificación que la resguardó durante tantos siglos de asedio corsario. Estos constituyen un paseo enriquecedor para personas de todas las edades. La Plaza de la Revolución, estirpe de la Revolución Cubana recibe miles de visitantes en busca de historia contemporánea, siendo uno de los lugares más visitados de Cuba.
Además de esto, son variados los museos, galerías de arte y centros culturales que se encuentran en la ciudad de La Habana, donde se exhiben muestras de artistas locales y de todo el mundo. Uno de los emblemas cubanos por excelencia es el Cabaret Tropicana, nacido en La Habana en 1939 en la zona de Marianao. De igual forma, muy solicitado por los turistas es el paseo al Restaurant La Bodeguita del Medio, estandarte del típico mesón cubano de comida tradicional. Por supuesto, no se pueden dejar de mencionar las playas que constituyen el extenso litoral habanero, famoso por la exuberancia de sus paisajes.